He estado leyendo un gran trabajo de investigación(Propiedad de la tierra en el Mercosur) entorno al tema de la propiedad de la tierra en los países del Mercosur(Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil), aunque por extensión también aplicable a sus asociados(Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú, Chile y Ecuador).
Es muy esclarecedor respecto a la actual estructura distributiva de las tierras en estos países. La explicación de los sucesos históricos, especialmente de las políticas llevadas a cabo a mediados del siglo XIX por los estados-nación recientemente formados, proporciona una excelente base para entender el ulterior desarrollo de los sucesos. A modo de resumen, y con permiso de su autora, Silvia Lilian Ferro, la cual muy amablemente me ha proporcionado el antedicho trabajo así como otros de gran calidad documental, comentar que una ve independizada de sus respectivas metrópolis, la nueva clase política de los nuevos estados-nación, se vió con todo el poder en sus manos, y con todo lo que ésto conlleva. Aunque es cierto que en determinadas épocas y países se llevaron a cabo políticas proteccionistas, reparticiones de tierras, etc., la tendencia general desde el poder fue promover la inmigración desde países principalmente europeos, para proporcionarles tierras a los recién llegados con la intención de que el país receptor entrará en un mercado internacional que por aquellos tiempos se hallaba en un fuerte crecimiento. No se dudó para este fin en expoliar a las personas de sus tierras, incluso de llegar a cometer matanzas sobre grupos de pueblos originarios que ocupaban extensiones de interés comercial. Los nuevos colonos, promovidos por el gobierno mediante diversas ventajas de diversa índole, como en el ámbito fiscal y algo muy curioso, en el social(se les colocó en un estatus intermedio entre la clase alta y los criollos y pobladores que conformaban el grueso de la población), dándoles un lugar superior en la pirámide social al de la mayoría y por lo tanto proporcionándoles una influencia y un prestigio los cuales ni hubieran imaginado en sus países de origen, en los que solían ocupar los peldaños más bajos de la jerarquía establecida.
El proceso de externalización de tierras y producción siguió creciendo y desarrollándose, estableciendo crecientes diferencias entre una clase media-alta de inmigrantes europeos que se dedicaban a la exportación, y una clase baja compuesta por criollos y pobladores originarios que se encontraban en clara desventaja en todos los aspectos.
Es muy interesante observar como acercándonos a la mitad del siglo XX, observamos paralelamente como en ciertos países de latinoamérica se empiezan a desarrollar políticas más acercadas al pueblo, como reparticiones de tierras a la clase campesina, ciertas ayudas, etc. Pero estas medidas son rápidamente atajadas por diversos golpes de estado, en los que se erigen en el poder un manojo de dictadores que parecen sacados de una chistera de tintes capitalistas. Efectivamente, si estas políticas hubieran triunfado, Europa y Estados Unidos, principalmente, se hubieran visto bastante perjudicados económicamente respecto de su posición hegemónica en el mercado global, no sólo por perder acceso a una gran cantidad de recursos a precios muy competentes, sino porque el desarrollo a nivel nacional de los estados latinoaméricanos que hubiera conllevado, no habría dejado en una situación cómoda a Europa y EEUU. Se podría hablar aquí de diversos conflictos armados que tuvieron lugar en iberoamérica, como por ejemplo la guerra de la triple alianza, la cual fue instigada por el imperio británico debido a que la república del Paraguay, por aquel entonces, se erigía como una potencia emergente, con un gran desarrollo económico que podía interferir en ciertos intereses de los británicos. Por lo tanto, el imperio británico subvencionó el conflicto en el que la liga de Argentina, Uruguay y Brasil arrasó literalmente el Paraguay, reduciendo de 1200000 personas aprox. que conformaban la población, a unas 200000 aprox. al finalizar la contienda. Murieron tres cuartas partes de la población masculina, así como elevado número de niños, mujeres, ancianos ... Paraguay quedó devastada, perdío la mitad de sus terrenos, que se repartieron entre los vencedores. Además quedó fuertemente endeudada con los británicos, los cuales ofrecieron préstamos al Paraguay para armarse. Los británicos también prestaban capital a otros países de latinoamérica, así como del resto del mundo. En ocasiones como pago se les entregaban en propiedad extensiones de tierra, así como diversos bienes o incluso servicios.El colonialismo clásico ya no era necesario para 'exprimir a un país'. No había porque molestarse en mover grandes gruesos de tropas y funcionarios por el mundo para establecer fuentes de expolio. Bastaba con ofrecer diversos 'productos' al país o países objetivo. Se podían ofrecer desde préstamos de dinero hasta ejecución de obras públicas, como por ejemplo construir líneas de ferrocarril(ya que los países más desarrollados tecnológicamente eran los únicos que podían llevar a cabo tales proyectos). No importaba lo que fuera, lo principal eran las consecuencias. El estado que aceptaba el préstamo o servicio queda evidentemente en situación de deuda, pero lo que no prevé(o lo prevé pero no le preocupa), es que la deuda va a ir creciendo a ritmos arbitrarios. Por lo tanto, los países que ejercen esta forma más sutil de colonialismo, que podríamos llamar colonialismo económico, agarran metafóricamente por las pelotas a los países endeudados. Y es que el elemento básico en el sistema capitalista es la liquidez.
Estamos imbuidos en un sistema societal fuertemente arraigado al capital, incluso lo concebimos como algo natural, lo cual resulta aberrante, aunque es el principal objetivo de los creadores del sistema. A esta forma de concebir la sociedad y las relaciones se la ha llamado racional, lógica, en algunas ocasiones hasta natural ,siendo, por ende, irracionales, descabelladas o absurdas las otras posibles formas de organización. El racionalismo susodicho es el que impera, y se considera como la forma óptima de pensar y de actuar. Todo el desarrollo generado se basa en ese racionalismo, y así van las cosas. Pero no tenemos que ser como los caballos que llevan dos pantallas a los lados de los ojos para mirar sólo hacia una dirección. Hemos de quitarnos esas pantallas opacas y mirar en otras direcciones.
Es muy esclarecedor respecto a la actual estructura distributiva de las tierras en estos países. La explicación de los sucesos históricos, especialmente de las políticas llevadas a cabo a mediados del siglo XIX por los estados-nación recientemente formados, proporciona una excelente base para entender el ulterior desarrollo de los sucesos. A modo de resumen, y con permiso de su autora, Silvia Lilian Ferro, la cual muy amablemente me ha proporcionado el antedicho trabajo así como otros de gran calidad documental, comentar que una ve independizada de sus respectivas metrópolis, la nueva clase política de los nuevos estados-nación, se vió con todo el poder en sus manos, y con todo lo que ésto conlleva. Aunque es cierto que en determinadas épocas y países se llevaron a cabo políticas proteccionistas, reparticiones de tierras, etc., la tendencia general desde el poder fue promover la inmigración desde países principalmente europeos, para proporcionarles tierras a los recién llegados con la intención de que el país receptor entrará en un mercado internacional que por aquellos tiempos se hallaba en un fuerte crecimiento. No se dudó para este fin en expoliar a las personas de sus tierras, incluso de llegar a cometer matanzas sobre grupos de pueblos originarios que ocupaban extensiones de interés comercial. Los nuevos colonos, promovidos por el gobierno mediante diversas ventajas de diversa índole, como en el ámbito fiscal y algo muy curioso, en el social(se les colocó en un estatus intermedio entre la clase alta y los criollos y pobladores que conformaban el grueso de la población), dándoles un lugar superior en la pirámide social al de la mayoría y por lo tanto proporcionándoles una influencia y un prestigio los cuales ni hubieran imaginado en sus países de origen, en los que solían ocupar los peldaños más bajos de la jerarquía establecida.
El proceso de externalización de tierras y producción siguió creciendo y desarrollándose, estableciendo crecientes diferencias entre una clase media-alta de inmigrantes europeos que se dedicaban a la exportación, y una clase baja compuesta por criollos y pobladores originarios que se encontraban en clara desventaja en todos los aspectos.
Es muy interesante observar como acercándonos a la mitad del siglo XX, observamos paralelamente como en ciertos países de latinoamérica se empiezan a desarrollar políticas más acercadas al pueblo, como reparticiones de tierras a la clase campesina, ciertas ayudas, etc. Pero estas medidas son rápidamente atajadas por diversos golpes de estado, en los que se erigen en el poder un manojo de dictadores que parecen sacados de una chistera de tintes capitalistas. Efectivamente, si estas políticas hubieran triunfado, Europa y Estados Unidos, principalmente, se hubieran visto bastante perjudicados económicamente respecto de su posición hegemónica en el mercado global, no sólo por perder acceso a una gran cantidad de recursos a precios muy competentes, sino porque el desarrollo a nivel nacional de los estados latinoaméricanos que hubiera conllevado, no habría dejado en una situación cómoda a Europa y EEUU. Se podría hablar aquí de diversos conflictos armados que tuvieron lugar en iberoamérica, como por ejemplo la guerra de la triple alianza, la cual fue instigada por el imperio británico debido a que la república del Paraguay, por aquel entonces, se erigía como una potencia emergente, con un gran desarrollo económico que podía interferir en ciertos intereses de los británicos. Por lo tanto, el imperio británico subvencionó el conflicto en el que la liga de Argentina, Uruguay y Brasil arrasó literalmente el Paraguay, reduciendo de 1200000 personas aprox. que conformaban la población, a unas 200000 aprox. al finalizar la contienda. Murieron tres cuartas partes de la población masculina, así como elevado número de niños, mujeres, ancianos ... Paraguay quedó devastada, perdío la mitad de sus terrenos, que se repartieron entre los vencedores. Además quedó fuertemente endeudada con los británicos, los cuales ofrecieron préstamos al Paraguay para armarse. Los británicos también prestaban capital a otros países de latinoamérica, así como del resto del mundo. En ocasiones como pago se les entregaban en propiedad extensiones de tierra, así como diversos bienes o incluso servicios.El colonialismo clásico ya no era necesario para 'exprimir a un país'. No había porque molestarse en mover grandes gruesos de tropas y funcionarios por el mundo para establecer fuentes de expolio. Bastaba con ofrecer diversos 'productos' al país o países objetivo. Se podían ofrecer desde préstamos de dinero hasta ejecución de obras públicas, como por ejemplo construir líneas de ferrocarril(ya que los países más desarrollados tecnológicamente eran los únicos que podían llevar a cabo tales proyectos). No importaba lo que fuera, lo principal eran las consecuencias. El estado que aceptaba el préstamo o servicio queda evidentemente en situación de deuda, pero lo que no prevé(o lo prevé pero no le preocupa), es que la deuda va a ir creciendo a ritmos arbitrarios. Por lo tanto, los países que ejercen esta forma más sutil de colonialismo, que podríamos llamar colonialismo económico, agarran metafóricamente por las pelotas a los países endeudados. Y es que el elemento básico en el sistema capitalista es la liquidez.
Estamos imbuidos en un sistema societal fuertemente arraigado al capital, incluso lo concebimos como algo natural, lo cual resulta aberrante, aunque es el principal objetivo de los creadores del sistema. A esta forma de concebir la sociedad y las relaciones se la ha llamado racional, lógica, en algunas ocasiones hasta natural ,siendo, por ende, irracionales, descabelladas o absurdas las otras posibles formas de organización. El racionalismo susodicho es el que impera, y se considera como la forma óptima de pensar y de actuar. Todo el desarrollo generado se basa en ese racionalismo, y así van las cosas. Pero no tenemos que ser como los caballos que llevan dos pantallas a los lados de los ojos para mirar sólo hacia una dirección. Hemos de quitarnos esas pantallas opacas y mirar en otras direcciones.
Saludos desde el Multiverso.
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